viernes, 18 de octubre de 2013

La falsa revolución


            Las instituciones mexicanas han decrecido su popularidad en base a su función como reguladoras del régimen jurídico nacional. Han fallado como protectoras y conductoras de las normas sociales y jurídicas que rigen nuestro sistema. Ello ha generado un descontento masivo de los gobernados, en especial, por la falta de visión por parte del Ejecutivo nacional y la ineficiencia del poder Legislativo federal. Pero ello, no nos debe llevar a creer que es menester generar un movimiento revolucionario para cambiar el rumbo del país. Tal hipótesis ya esta fuera de nuestro alcance ya que en este siglo XXI, no podemos seguir creyendo en un cambio generacional, cuando nuestro pensamiento esta lleno de apatía, ingenuidad y odio. La revolución fue sólo una, lo que sigue, es sólo el cambio, nada más.