“Lo mejor que le pasó a
Estados Unidos fue que, en los años ochenta, todos creían que los japoneses nos
iban superar en todo. Era una idea estúpida, errónea, una tontería. Pero fue
este sentimiento de humildad lo que hizo el país se pusiera las pilas”; fue lo
que contestó Bill Gates al periodista
Andrés Oppenheimer, cuando lo
cuestionó sobre la forma en que Estados Unidos logró avanzar en la educación,
de la manera que lo hizo.
La
educación es actualmente, algo con menos valor que los derechos laborales magisteriales,
eso quedó claro cuando los docentes de este país suspendieron las clases en los
planteles educativos públicos de toda la República (hasta el día diecinueve de septiembre
de dos mil trece). Es redundante hablar sobre el nivel tercermundista de
nuestro sistema escolar, pero el que los maestros se opongan a una evaluación
para mejorarlo y que el gobierno quiera imponer una reforma fiscal antisocial,
es buen pretexto para preocuparnos.