BenAffleck será el nuevo Batman;
la noticia no fue agradable a los oídos de muchos. Es bien sabido que la
actuación de Affleck deja mucho que
desear, empezando por el fracaso que posiblemente definió lo que hoy pensamos
de él, Daredevil. Los fans del abogado justiciero no han
perdonado al actor por esa horrible cinta, aun así, Hollywood le acaba de dar un Oscar
como director, el cual, no vale nada si se trata de personificar a Batman.
Bob
Kane,
uno de los creadores de Batman,
alguna vez mencionó que el actor que más se acercaba a su idea primigenia del
Hombre murciélago, era George Clooney, sin
duda el peor Batman de la historia. Y
que me dicen de Lewis Wilson, Robert Lowery y Adam West ; los dos primeros con sus mayas sin ajustar, orejas de murciélago
caídas y una actuación de comedia, eran una franquicia próspera para los cuarentas; pero West se llevo la palmas,
cuando escalaba los edificios en una vertical perfecta, que se quedaba atrás después
de aventarse ese numerito del Bati-Twist.
Batman ha
estado rodeado de curiosidades desde su creación, algo inherente al murciélago
que aterra a los criminales de Ghotam, entre
los que destaca The Joker, el mejor villano
ficticio de la historia y que mejor si lo personifica el desaparecido Heath Ledger, que ha diferencia de Jack Nicholson y César Romero, no era tan reconocido antes de interpretar al payaso.
Ledger, el
hombre de las “montañas”, era poco conocido en el medio, empero, su actuación
como The Joker, es la mejor de
cualquier película de Batman. Esto
podría aplicarse a Affleck, que tal
vez después de Batman, sea adorado
por todos (o simplemente más odiado).
Christian
Bale,
por otro lado, el Batman con el que
todos estábamos conformes, dejó a un lado a capa para no “enfrascarse” en el
personaje del caballero de la noche, rechazando
un gran monto ofrecido para interpretar al Murciélago, dentro de la secuela de Man of Steel.
Batman, el
mejor superhéroe de la historia (sin importar lo que digan), será interpretado
por alguien que aunque carismático, tiene el repudio de muchos. Pareciere uno
de esos candidatos políticos, que aunque odiados, siempre aparece entre los
elegibles para grandes cargos de elección popular (Y ya de por sí, Argo, fue un elogio para el Gobierno
Estadounidense). Posiblemente la industria nos quiere encajar forzosamente a Ben Affleck, por razones desconocidas, o
simplemente es el destino.
En lo que adivinamos que
pasa con Affleck, lo único viable es
aceptar su papel con Batman,
mandándole nuestras bendiciones para que haga bien su trabajo. Porque lo que en
verdad nos debe importar, no es quién interprete al héroe de nuestra niñez,
sino que en él veamos al héroe que nos inspiro en la infancia. Hay que darle la
oportunidad al Affleck que aún “medio
actua”, para que demuestre si tiene los pantalones para interpretar al
Murciélago más querido de la pantalla.
Y sí, porque aunque nos
harte, todos vamos a ir a ver a Superman
y a Batman juntos y pagaremos el
dineral que acostumbramos despilfarrar en el cine. No nos hagamos los
chillones, que somos unas verdaderas meretrices
del sistema.
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